Estudiar un instrumento musical fortalece las conexiones entre los dos hemisferios del cerebro en los niños y mejora el funcionamiento cognitivo. Además se estimula otras partes del cerebro relacionadas con la lectura, las matemáticas, las emociones, es una terapia única para ejercitar la memoria.
Los niños que estudian Música aprenden a trabajar en equipo y son capaces de apreciar los beneficios que conlleva trabajar en grupo, al mismo tiempo que desarrollan sus habilidades de liderazgo, organización y disciplina.
Estudiar Música enseña a ser paciente
Vivimos en una sociedad en la que, en innumerables aspectos, hemos conseguido cubrir nuestros deseos o necesidades de forma inmediata gracias a la tecnología y eso hace que los niños sean cada vez más impacientes y no valoren el esfuerzo por conseguir objetivos. Es en ese proceso de estudio musical, que los estudiantes mejorarán su concentración y habilidades de observación, aprenderán a ser pacientes y a valorar lo que cuesta conseguir resultados.
Estudiar Música reduce el stress
Esta disciplina, además de potenciar el enriquecimiento personal, tiene una gran cantidad de beneficios terapéuticos abalados por numerosas entidades científicas.
Estudiar Música, nos divierte, nos entretiene, nos acerca a la felicidad, es algo de lo que podemos beneficiarnos toda la vida.
Permítanos conocerlo para juntos definir la manera más adecuada de iniciar la formación musical suya y de sus hijos.